Conchi Bellorín tenía doce años cuando decidió probar con el judo. Las olimpiadas de Barcelona 92 o los triunfos de Miriam Blasco, la campeona de entonces, fueron dos motivos fundamentales para que iniciara su andadura en el arte marcial, además de que por “casualidades de la vida”, como recuerda la propia Bellorín, en aquella época su colegio aprobó incluirlo en el plan de actividades. Solo dos cursos más tarde Conchi ya competía y con la mayoría de edad recién cumplida empezó a viajar por ciudades españolas como Madrid o Alicante para perfeccionar su entrenamiento. Estar lejos de su familia y amigos le pasaba factura, echaba de menos a los suyos y reconoce que repercutía en su rendimiento. Afirma que sus “comienzos fueron duros”, que no le quedaba otra que trabajar para “pagarse el gimnasio, el preparador físico, la psicóloga y demás”. La judoca se hizo vigilante de seguridad en oficinas, urbanizaciones y obras, y también formó parte de la plantilla de Decathlon o McDonald´s para costearse sus gastos. Gracias a ello cuenta ahora con un extenso palmarés, y en sus vitrinas guarda el título de campeona de España de 2010, la participación como deportista olímpica en los Juegos de Londres 2012 o un bronce en la World Cup de Lisboa y en el Grand Prix de Abu Dabi. Ahora afronta un pequeño parón deportivo, se recupera de una operación de ligamento anterior cruzado pero no se lamenta: “Todo lo vivido me ha hecho ser quien soy”.
¿Cómo va su rodilla?
Va muy bien, no nos podemos quejar. Ya me dieron el alta y hemos hecho entrenamientos durante diez días seguidos. Todo depende de cómo vaya respondiendo aunque todos los días se intenta hacer algo.
Va muy bien, no nos podemos quejar. Ya me dieron el alta y hemos hecho entrenamientos durante diez días seguidos. Todo depende de cómo vaya respondiendo aunque todos los días se intenta hacer algo.
Conchi Bellorín en las Olimpiadas de Londres 2012. Fuente: Facebook Conchi Bellorín |
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