lunes, 17 de diciembre de 2012

Entrevista a Andrea Blas, subcampeona olímpica de waterpolo en Londres 2012


“El waterpolo gana mucho en directo. Todos los que se acercan a vernos, repiten.”

Andrea Blas nació en Zaragoza hace algo más de veinte años, pero la estrella que llevaba dentro empezó a brillar hace trece, cuando se lanzó por primera vez a una piscina para jugar a waterpolo. Desde entonces, nada ni nadie ha conseguido frenar su potente mano, que sigue emergiendo por encima de todo cuanto le rodea para perforar la meta contraria. Y lo hace desde una posición reservada para los más valientes, la de boya, en la que las disputas y los golpes están a la orden del día.

Tenaz, decidida y constante. Tres adjetivos que definen a la perfección el carácter de los campeones y que forman parte del ADN de Andrea. Sin embargo, la diferencia entre los deportistas que levantan pasiones y los que no lo hacen es la humildad. Y en esto, la dueña del brazo más rápido de cualquier piscina anda sobrada. Sólo así se explica la naturalidad y sencillez con la que atendió nuestras preguntas con una medalla olímpica colgada del cuello.

El waterpolo no es uno de los deportes más populares en España. ¿Cuándo y cómo empezaste a jugar?
Empecé a nadar con apenas tres años, cuando mi madre me llevó por primera vez a un cursillo de natación. Al cumplir los seis, me trasladé a la piscina del Parque de Bomberos de Zaragoza y seguí nadando allí. El problema era que cuando yo terminaba me tocaba esperar a mi hermano a que acabara su entrenamiento de waterpolo. Por eso, decidí que para no estar esperando en la grada yo también quería hacer waterpolo.







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