El cierre del zaragozano
Parque Deportivo Ebro, que permitía la práctica de diversas disciplinas, ha
dejado sin la posibilidad de hacer deporte cerca de casa a miles de vecinos de
la capital aragonesa. Entre ellos se encuentran las Zaragoza Mustangs, un
proyecto pionero en España que surgió hace tres años de la mano de Antonio Lozano,
entrenador del equipo que habla sin tapujos sobre pasado, presente y futuro.
Pregunta
obligada: ¿Cómo comenzó el conflicto por un campo para entrenar?
Hasta la temporada pasada
entrenábamos en Villanueva de Gállego. Nunca hemos dejado de disputar los
partidos allí, pero nuestras jugadoras son en su mayoría adolescentes y no
podían llegar hasta el pueblo. Cuando el equipo creció hasta las catorce que
son ahora había algún entrenador que tenía que hacer dos viajes para poder
llevar a todas. No podíamos seguir así y vimos que había una normativa que
permitía a la DGA excluir del pago por el uso de sus instalaciones a los
conjuntos de deportes minoritarios con representación en la máxima división
nacional. Amparándonos en eso hicimos una petición que fue aceptada y se nos
concedió el derecho a entrenar desde septiembre en el Parque Deportivo Ebro.